Entre en pánico, vi como se dilataban mis percepciones. Ante mis ojos yo estaba en coma, mi mundo terminaba, saboreaba todas las agonías en el aire y trate de retomar las riendas de mi destino ignorando el mundo a mí alrededor.
Golpee un estruendoso llanto sordo, me aleje y corrí incansablemente por ese trayecto hasta llegar a un refugio en el cual encontré algo extraño, un espectador a mi lado. No llegue a percibir su presencia hasta que dijo su nombre que nadie había pedido, el lo grito sin miedos, parecía seguro y lleno de ambiciones, nunca conocí nadie que me mirara con tanta ansiedad.
Camine lentamente para alejarme, pero alerta pisaba mis talones, viendo cada uno de mis movimientos, lo ignore ya que no parecía importarle mi accionar. Él seguía en su éxtasis esperando cualquier descuido mío para poder así conquistar un poco más mis dudas susurrándome al oído. Logro esclarecer cada uno de los detalles faltantes, pero de un momento a otro el día se convirtió en noche, mi caminar pesaba y era más costoso ver hacia donde me dirigía, más aun queriendo ignorar sus presagios.
Inspeccionando sin destino, luego de interminables horas encontré mi hogar. Pensé que me había liberado de él así que con el mayor cuidado inspeccione cada habitación hasta dar por ultimo con la mía. Recorriendo con la mirada mí cuarto, desde la cama logre visualizar algo, dudoso empecé a tirar los libros de mi biblioteca al suelo. Cuando creí entender lo que veía trate de encontrar su silueta aterradora, no mostré ninguna señal de miedo, tome fuerzas y sin darme cuenta derrumbe mi único cable a tierra, mis recuerdos.
Sin entender como llegue a mi hogar, ni porque él me siguió, el porqué de mis ideas retorcidas o el porqué había derrumbado todos mis libros, busque ayuda. Al encontrar gente, mi estado deplorable los paralizo, me inspeccionaron con la mirada e intentaron consolarse mutuamente derramando lágrimas. Lograron despejar el concepto final, yo ya había muerto.